Está despierta, tan lúcida como siempre, en mis recuerdos. Como cuando nos conocimos. Cursando el cuarto año de Bachillerato Universitario, en la Escuela Normal de Bahía Blanca (1966). También compartíamos el viaje en la 514, que muchas veces aprovechábamos para repasar lecciones.
A mí me iba bien en las Ciencias Sociales, y zafaba como podía en las exactas. Ella sacaba 10 en todas.
En quinto y sexto año la amistad se consolidó y después de egresadas, nuestro espíritu, transgresor para la época, nos siguió uniendo en osadas aventuras.
Y en las grandes decisiones de la vida, cuando formamos familias.
En Sierra de la Ventana, "nuestro lugar en el mundo" celebrando el encuentro, después de más de un cuarto de siglo compartido. (1997).
¡Hasta siempre Anita!
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