domingo, 26 de mayo de 2013

Ana no duerme...

Está despierta,  tan lúcida como siempre, en mis recuerdos. Como cuando nos conocimos. Cursando el cuarto año de Bachillerato Universitario, en la Escuela Normal de Bahía Blanca (1966). También compartíamos el viaje en la 514, que muchas veces aprovechábamos para repasar lecciones.
A mí me iba bien en las Ciencias Sociales, y zafaba como podía en las exactas. Ella sacaba 10 en todas.

En quinto y sexto año la amistad se consolidó y después de egresadas, nuestro espíritu, transgresor para la época,  nos siguió uniendo en osadas aventuras.


Y en las grandes decisiones de la vida, cuando formamos familias.


 En Sierra de la Ventana, "nuestro lugar en el mundo" celebrando el encuentro, después de más de un cuarto de siglo compartido. (1997).

¡Hasta siempre Anita!








domingo, 10 de febrero de 2013

Lo nuevo del Golfo Nuevo

A la extensa y calificada lista de servicios que ofrece Puerto Madryn al turista, este año se sumó el catamarán Regina Australe, que en una placentera navegación de casi tres horas recorre las azules aguas del Golfo Nuevo, al abrigo de la Península Valdes.

Zarpa del Muelle Luis Piedrabuena, donde también amarran  cruceros internacionales.


Pasajeros de cualquier edad y condición son recibidos por  amables tripulantes, atentos en todo momento para solucionar cualquier eventualidad, con prioridad a personas mayores o con impedimentos físicos.


Sin solución de continuidad, se suceden vistas para el asombro. 
El centro de Puerto Madryn


Deportes náuticos en diversas expresiones

El barco hundido


Y lo más conmovedor, la fauna típica: gaviotas, lobos marinos y  delfines, que con sus naturales acrobacias(que no pude captar con mi cámara) se llevan todas las expresiones de admiración del pasaje.


Divertidos y satisfechos, de vuelta a puerto, a toparnos con los enormes cruceros...

 ... Puerto Madryn, a la vista!





martes, 25 de diciembre de 2012

Paciencia II

Hace más de dos años escribí este post   y seguí teniendo paciencia, esa que hace falta tener para ver florecer un ágave.  Otra vez la naturaleza me premió por ello, y apenas veintiseis (26) años después de haberlos  plantado, esta primavera tuve la sorpresa de ver surgir esos espárragos gigantes y comprobar semana a semana como se fueron abriendo sus brazos floridos. 

Esta vez, por suerte, están en "mi" territorio. Advertidos fueron todos los vecinos de que no me gustaría nada que alguien osara eliminarlos. A menos que quieran exponerse a alguna maldición gitana o a las siete plagas de Egipto que les prometo en tal caso.



jueves, 22 de noviembre de 2012

De casa al trabajo y del trabajo a casa II


Ese camino diario, en esta primavera,  no deja de asombrarme con más aromas  y colores.

De la pampa a mi vereda, las porfiadas flores amarillas



Apenas girando la vista al cruzar, el ceibo de calle Rivadavia

Husmeando un nuevo patio  



En la Vieja Estación



 Y con solo levantar la vista, desde mi escritorio...



Como cantó la genial Maria Elena:

 "Al este y al oeste,
  llueve y lloverá,
  una flor y otra flor celeste
  del jacarandá"



domingo, 28 de octubre de 2012

De casa al trabajo y del trabajo a casa

    Las cuatro cuadras que camino a diario, en el ir y venir a mi lugar de trabajo, me dan el placer de disfrutar de una hermosa y variada vegetación.

    Añosos árboles, sobrevivientes de épocas mejores en cuanto a gestión del arbolado urbano,  me resguardan del azote del sol en los mediodías de verano.



Arbustos y especies florales, alineados en bello jardín por iniciativa de algunos vecinos del lugar, llenan de color y perfume el andar por estos días de primavera.

El rey de la cuadra

Los que  más perfuman, azahares y madreselvas

Más colores

Bellos sauces, aún en el lugar equivocado


Calle Colón, desde Mitre hasta Urquiza, en Punta Alta, no se priven de disfrutarlo



 

viernes, 27 de julio de 2012

Turista en mi pago

Mis cortas vacaciones, que son del verano pasado aunque las haya tomado en pleno invierno, no preveían más desplazamientos que el concretado ayer a Bahía Blanca, la ciudad donde nací y transcurrió el primer tercio de mi vida.  



*Huecuvú mapú, para los habitantes originarios
*Bahia de los Bajos Anegados, para el explorador Hernando de Magallanes

*White Bay, para el aventurero, Capitán Benjamín  Morrell

*Fortaleza Protectora, para el gobernador Juan Manuel de Rosas

*Aldea de paso para Charles Darwin, al tiempo que concebía su teoría de la evolución

*Pago Chico, para el escritor Roberto Payró

*La chacra asfaltada, para el periodista Roberto Vaca (“7 Días”, 1972)

    Allí transité escuelas primarias y secundarias, breve incursión universitaria y primer trabajo formal.

   Parecía difícil sentirme turista en ese ámbito, sin embargo lo logré haciendo recorridos en sentido contrario al habitual, caminando veredas que jamás había pisado.

Por caso las diez cuadras que anduve por calle Corrientes y su continuación 12 de Octubre

Según revela la historia, esa vía coincide con un tramo del Zanjón de Rosas, primera gran obra de ingeniería realizada hacia 1834 como defensa de la Fortaleza, ante la resistencia de los pobladores aborígenes desplazados de esas tierras por las campañas militares.



Presté atención a muchos edificios, nuevos y viejos
                                   Torre del bicentenario (ex-Centro Cívico) por fin terminada.
                                           Paseo del Castillo,  vistoso y poco concurrido

                                           Reciclado en Avenida Alem. De residencia a restó
                                            Restaurado. Antigua sede del Instituto Tecnológico,
                                             antecesor de la Universidad Nacional del  Sur

                                                   Un tantito descuidada
                                       La casa catalana en la primera cuadra de Rondeau.

 Descubrí una calle...


Que me llevó a la plaza…

Donde los payasos divertían a los chicos (¿o al revés).



Pude descansar un poco, a la sombra de un generoso ombú




Culminando mi tour, pensaba visitar otro edificio notable, donde transcurrieron muchas horas de mi adolescencia, investigando temas, trabajando en grupo: la Biblioteca Rivadavia.


 La multitud, de grandes y chicos, que hacía cola para el espectáculo “La mar en coche” me hizo desistir.

De inmediato recordé la osadía que tuvimos con mis compañeros del último año de secundario, con quienes creamos y actuamos una obra infantil en ese mismo escenario. Claro que la concurrencia no fue ni parecida a la que ayer convocaba este grupo musical.

En aquella oportunidad, los únicos que nos divertimos, fuimos nosotros.
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Nota: Los datos históricos fueron leídos en el libro "La Bahía Epica", de César Puliafito, editado por LNP en 2010.-

   

domingo, 1 de julio de 2012

90 años no es nada...


Ser invitados a festejar el cumpleaños número 90 de un familiar ya es, de entrada, un acontecimiento poco frecuente. Que el homenajeado exhiba, a esa edad, un estado envidiable, provoca admiración. Y si, por añadidura, el regalo de sus hijos nos permite volver a escuchar en vivo a un artista de la talla de Carlos Di Fulvio, uno agradece este giro de la vida, que tan pronto nos da una de cal como una de arena.